Para la literatura internacional, la gestión externa de las organizaciones filantrópicas se refleja en el grado en el que buscan generar impacto y la evidencia de su labor a través de sus programas.

La colaboración es una de las categorías relacionadas con esta labor. La literatura propone varias maneras en que las colaboraciones pueden ser analizadas y utilizadas. La colaboración, entendida como redes y vínculos informales o formales, puede darse entre organizaciones filantrópicas, organizaciones del sector privado, comunidades y gobierno (Robinson & White, 1997).

Ganancias y desafíos de la colaboración

La colaboración con cada tipo de actor trae beneficios y retos distintos en función de las prioridades de la organización. Con niveles de gobierno, por ejemplo, es analizada dentro de la literatura como una estrategia de expansión y apalancamiento de mayores recursos económicos o técnicos para escalar una intervención. Sin embargo, la colaboración con el gobierno tiene la desventaja de que puede influir en un mayor grado de dependencia de la organización si no se apalancan adecuadamente los recursos públicos recibidos con recursos privados.

Asimismo, una colaboración entre pares puede mejorar el intercambio de conocimientos y experiencias, y lanzamientos de programas más especializados. Independientemente del actor con quien se colabore, la teoría de las organizaciones filantrópicas propone un rango en estas colaboraciones. Esta clasificación enfatiza el acercamiento analítico a las formas de colaboración y el tipo de valor que cada una agrega (Berman, Major, & Franklin, 2017).

Primero, están las alianzas para apalancar o intercambiar recursos, en las cuales un aliado contribuye al trabajo del otro en temas operativos, de financiamiento o en concesión de modelos de intervención. También existen las alianzas para combinar o integrar dos o más aliados que combinan recursos para lograr mayor escala o mejorar el modelo de intervención. Por último, la teoría propone un modelo centrado en generar cambios sistémicos al enfrentar desafíos sociales complejos a través de la acción colectiva.

Etapas en el ciclo de colaboración

Con base en los beneficios descritos, la teoría de las organizaciones propone cuatro etapas en el ciclo de maduración de las colaboraciones (Usaid, 2016).

  • La primera etapa, de baja capacidad, se refiere a cuando una organización no es miembro de alguna red del sector no gubernamental ni participa en discusiones en el sector. La organización no está al tanto del ambiente legal del país ni vinculada con otras instituciones.
  • La segunda etapa, de capacidad básica, se da cuando la organización está familiarizada con la red del sector y participa esporádicamente en reuniones de consulta.
  • En el tercer nivel, de capacidad moderada de colaboración, se tienen una visión compartida. En esta etapa, la organización es miembro de redes nacionales y tiene vínculos con instituciones más grandes, entidades del gobierno y el sector privado. A partir del tercer nivel de colaboración, las organizaciones generan un ambiente favorable para el desarrollo de entidades filantrópicas.
  • La cuarta etapa, de alta capacidad de colaboración, se logra cuando la organización es líder en sus respectivas redes y puede dar forma a la visión de su sector dentro de un contexto nacional.