Orientar a una entidad filantrópica hacia una gobernanza efectiva requiere no solo incorporar estándares aceptados como buenas prácticas, sino estructuras y dinámicas en el sistema de toma de decisiones y de gestión de la organización orientados a cumplir la misión o el propósito de la organización. El modelo de Gobernanza Efectiva desarrollado por el CEFIS UAI (Steffen Bethmann, Constanza Meneses y Magdalena Aninat en 2019), integrando literatura académica, la visión de expertos y de la práctica de instituciones filantrópicas, permite orientar a distintos tipos de organizaciones para iniciar un proceso de reflexión en base a cuatro ejes.

No son normas que una organización tiene que cumplir, sino principios a seguir y sobre los cuales se debe avanzar. Estos principios han mostrado su efectividad tanto en la práctica (Board Source 2010; Farmelo 2014) como en estudios académicos (Hermann & Renz 2000; Bethmann et al. 2014). Las recomendaciones pueden ser adaptadas a la idiosincrasia de cada entidad y adoptadas de acuerdo a la etapa en el ciclo de vida en que se encuentre cada organización. En cada fase del desarrollo se presentan diferentes desafíos, por lo que se reconoce que la configuración del sistema de gobernanza debe adaptarse a la evolución organizacional y los ejes y recomendaciones deben ser implementadas gradualmente, en forma controlada.

Los cuatro ejes

Claridad en el Propósito

La claridad en el propósito es la condición previa. El propósito sirve para orientar no sólo la creación de programas y la estrategia, pero también la construcción del sistema de gobernanza. Un sistema efectivo de gobernanza se orienta a que cada aspecto de la organización esté alineado con la misión de la organización.

Composición Adecuada

Como el directorio o junta directiva (o en el caso de las asociaciones, la asamblea) es el órgano más importante y legalmente responsable de una entidad filantrópica, el segundo eje de una gobernanza efectiva es encontrar una composición adecuada de personas que lo conformen. Influye profundamente en el desempeño organizacional contar con el número y perfil adecuado de los miembros, y también con las habilidades y compromiso necesario de su parte para dirigir la organización, así como contar con un sistema de sucesión para su renovación.

Funcionamiento del directorio (o junta directiva) y la división de tareas con la dirección ejecutiva

El tercer eje es un funcionamiento eficiente en la implementación de las tareas del directorio y una adecuada división de las tareas con la dirección ejecutiva. Una gobernanza efectiva cuenta con un liderazgo comprometido. La estructura del directorio está bien definida y la organización ha establecido procesos eficientes. Para lograr un sistema efectivo se necesita un entendimiento común de los diferentes roles que cumple el directorio y la gerencia y en este proceso tiene mucho sentido delegar ciertas tareas de gobernanza a la dirección ejecutiva, lo que se logra al desarrollar un modelo de frenos y contrapesos (checks and balances).

Legitimidad y relación con el entorno

El cuarto eje es la legitimidad y la relación de la organización con el entorno. Una gobernanza efectiva debiera asegurar que las actividades de la fundación sean percibidas como legítimas. Ninguna organización puede alcanzar sus objetivos sin validación de la sociedad. Para lograrlo, es necesario actuar con altos estándares de ética y transparencia. Además, necesita ser capaz de mostrar que sus actividades tienen el impacto deseable y rendir cuentas sobre las mismas.

Los diferentes tipos de entidades filantrópicas pueden abordar estos ejes para orientar el desarrollo de su propio sistema de gobernanza hacia una mayor efectividad. Sin duda, habrá diferencias en la configuración de los detalles de cada eje según su entorno institucional y su idiosincrasia organizacional. Sin embargo, concentrarse en definir y trabajar en estos ejes es un poderoso mecanismo para lograr un sistema de gobierno efectivo.