Las fundaciones comunitarias o fundaciones territoriales son una forma particular de filantropía institucional que surge de una profunda vocación territorial. Actualmente existen en el mundo más de 1.800 de ellas, y es uno de los tipos de institución filantrópica que han crecido más rápidamente en los últimos años.

Estas organizaciones tienen presencia solo en México y se están articulando en Colombia, Perú, Argentina, Brasil y Chile. Teniendo en cuenta el importante papel que han cumplido en sus territorios y el valor estratégico que puede tener su promoción en la región, este artículo realiza una radiografía de las fundaciones comunitarias de México, en base a datos recopilados en el marco del Global Philanthropy Report (2018) y en comparación con otro tipo de entidades filantrópicas en la región.

Características de las fundaciones comunitarias o territoriales

Por definición, estas entidades trabajan, de manera prioritaria, con la población de un área geográfica determinada, ya sea un municipio, estado o región. A partir de esta misión, las fundaciones se vinculan con sectores y poblaciones del territorio, movilizan recursos locales de actores de la comunidad y vinculan a los actores locales, al gobierno de la fundación o alguna forma de consulta para tener en cuenta las voces de la comunidad en su orientación.

Como el conjunto de entidades filantrópicas en la región, las fundaciones comunitarias o territoriales en México son relativamente jóvenes. El 69% se crearon después del año 2000, un porcentaje similar al del conjunto de fundaciones mexicanas (63%) y un poco más alto que el porcentaje regional para ese mismo período (54%). Sin embargo, a diferencia tanto de las otras fundaciones mexicanas como de las de la región, no las hay de carácter comunitario creadas antes de 1990.

Al igual que entre las fundaciones de la región, las comunitarias en un alto porcentaje (92%) combinan la operación de sus programas con las donaciones, pero el predominio de la modalidad mixta es mayor entre las comunitarias que entre el resto de las fundaciones mexicanas, donde ese porcentaje corresponde a un 81%, y en relación con el promedio regional, a un 76%. Esto se explica, en parte, porque entre las comunitarias no hay una que sea exclusivamente donante.

En cuanto a su tamaño por número de empleados, las fundaciones comunitarias son más grandes que los otros tipos de entidades de México y de la región. El mayor porcentaje de las comunitarias (58%) tienen entre 6 y 19 empleados, mientras que, para el resto, en México, el porcentaje en ese mismo grupo es del 51%, y en la región, del 29%. El mayor porcentaje de las fundaciones en ese país está en el grupo de 1 a 5 empleados (44%), lo cual ocurre también en el contexto regional (35%).

Las fundaciones comunitarias vinculan más voluntarios que sus pares en México y en la región. Mientras que el 47% de las existentes en México y el 40% en la región tienen voluntarios, entre las comunitarias ese porcentaje sube al 75%. El grupo de 6 a 19 voluntarios concentra al 42% de las fundaciones comunitarias, mientras que para el resto de las fundaciones mexicanas ese porcentaje es del 7%, y en la región, del 9%, como muestra el siguiente gráfico.

Porcentaje de fundaciones comunitarias, según número de empleados y voluntarios

Menos recursos financieros, pero orientada al desarrollo de comunidades sostenibles

Comparadas con el resto de las entidades filantrópicas, las fundaciones comunitarias o territoriales son en promedio más pequeñas en recursos financieros. Mientras en el grupo de menos de US$ 1 millón están el 85% de las fundaciones comunitarias según activos, el 100% según patrimonio, el 75% según ingreso y el 73% según gastos, esos números para el resto de las fundaciones mexicanas son 57%, 36%, 47% y 52%, y para el promedio regional, 58%, 33%, 62% y 62%, respectivamente (figura 54).

En la orientación de la inversión social, las fundaciones comunitarias se diferencian de los otros tipos. Por ejemplo, la población prioritaria de sus programas son las comunidades y las organizaciones de base. El 69% de las comunitarias las contemplan en sus intervenciones, lo cual es coherente con su orientación al desarrollo comunitario en los territorios donde operan, como muestra el siguiente gráfico.

Porcentaje de fundaciones comunitarias según población beneficiaria, total de menciones

Al igual que los otros tipos de fundaciones, la mayoría de las comunitarias apoyan organizaciones registradas sin fines de lucro. El 54% apoyan este tipo de organizaciones, un porcentaje similar al de las otras organizaciones mexicanas (59%) y un poco más alto que el promedio regional (48%). En donde hay una gran diferencia es en el apoyo de organizaciones no registradas sin fines de lucro (38%) y en organizaciones comunitarias no registradas (31%), pues estos porcentajes para el caso de los otros tipos de fundaciones en México son del 15% y del 3%, y en el ámbito regional, del 7% y del 8%. El peso que dan las fundaciones comunitarias al desarrollo local y de las comunidades en los territorios en los que intervienen explica la importancia que tienen tanto las registradas como las no registradas en sus programas de intervención

De manera similar al resto de las fundaciones mexicanas, el área que principalmente apoya las fundaciones comunitarias es la de bienestar y desarrollo social. El 77% de las fundaciones comunitarias tienen programas en esta área, frente al 15% de las fundaciones mexicanas y el 19% en el panorama regional. Esto se explica en parte por el alto peso que tienen entre las fundaciones comunitarias el fortalecimiento institucional y el desarrollo comunitario: el 62% de este tipo de entidades apoyan el fortalecimiento institucional y el 69%, el desarrollo comunitario. Entre las otras fundaciones mexicanas, el desarrollo comunitario es apoyado por el 28% de las entidades y el fortalecimiento institucional por el 8%. En el ámbito regional, el desarrollo comunitario es apoyado por el 15% y el fortalecimiento institucional por el 9%.